En contra de lo que se creía, los videojuegos pueden aportar
beneficios a los que invierten su ocio en ellos. Un estudio que se
publica en Nature Neuroscience ha analizado este método de reentrenamiento visual.
El
uso de videojuegos de acción mejora un aspecto de la visión que se
pensaba que estaba relativamente fijado, según un estudio publicado en
la edición digital de la revista Nature Neuroscience. La
sensibilidad al contraste es la capacidad para percibir incluso cambios
muy pequeños en sombras de gris frente a un campo negro uniforme. Esta
aptitud es esencial en situaciones como la conducción nocturna o cuando
hay escasa visibilidad, y es la primera que se ve comprometida cuando la
visión es afectada por el envejecimiento y en patologías oftalmológicas
como la ambliopía, también conocida como ojo vago. Aunque el deterioro
de la calidad óptica del ojo puede reducir la sensibilidad al contraste,
los cambios en la óptica solos no pueden explicar la diversa colección
de situaciones en las cuales la función de la sensibilidad al contraste
es comprometida.
De hecho, también parecen estar en
funcionamiento los factores neurales. Por eso, podrían desarrollarse
intervenciones que aumenten la función de la sensibilidad al contraste.
Normalmente, para mejorar la sensibilidad al contraste son necesarios
cambios físicos en la óptica del ojo, mediante cirugía, gafas o lentes
de contacto. Ahora, el equipo de Daphne Bavelier, del Departamento de
Ciencias Neuronales y Cognitivas y del Centro de Ciencia Visual de la
Universidad de Rochester, en Nueva York, ha identificado el hecho de
jugar a videojuegos de acción como una herramienta eficaz para mejorar
la función de la sensibilidad al contraste. Los investigadores han
estudiado a jugadores expertos de videojuegos, y han observado que
tenían mayor sensibilidad visual al contraste cuando eran comparados con
los que no estaban familiarizados con videojuegos de acción.
A
pesar de que la plasticidad cortical subyacente inducida probablemente
sea más beneficiosa para déficits centrales como la ambliopía, jugar a
videojuegos podría compensar hasta cierto punto los defectos ópticos y
de la retina mediante el reentrenamiento de la corteza visual para hacer
un mejor uso de la información que recibe. "Nuestros datos establecen
que no todos los videojuegos inducen tal beneficio, motivo por el que
hay que poner especial cuidado en la relevancia clínica del régimen de
entrenamiento". Este estudio supone un hallazgo crucial, ya que señala
que pasar tiempo delante de una pantalla de ordenador no es
necesariamente dañino para la visión, como se había sugerido.
(Nature Neuroscience DOI: 10.1038/nn.2296).
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