Hasta hace unos tres años y medio, tenía muchas ganas de comprarme una cámara digital pero las circunstancias me habían impedido lograrlo. Sin embargo la compré, y por supuesto de una vez me puse a matar la fiebre sacando fotos y fotos. Y es curioso, en todo este tiempo, algo que nunca he hecho es sacarme una foto con mi familia. Una de esas fotos bien tomadas para ponerla en un marco y tenerla en mi apartamento.
Entonces me puse a pensar en el valor que tiene una fotografía.
Una fotografía plasma situaciones, personas y lugares que han sido importantes en nuestras vidas. Tiene el poder de crear en las personas, toda clase de sentimientos: nostalgia por el tiempo pasado, dolor por el recuerdo de un ser querido que ya no está entre nosotros, la alegría de un momento divertido, en fin, toda clase de sentimientos.
En especial, es muy agradable ver fotos en compañía de nuestros seres queridos. Como que esto ayuda a crear un ambiente bonito donde se olvidan los problemas y ajetreos de la vida diaria. Y esto es todavía mejor cuando ves fotos de rollo (no de cámara digital): el ver cada una de las fotos, que son únicas, agarrándolas de tal manera que no las manches con los dedos y/o ponerlas en un álbum.
Pienso que las fotos que tienen mayor valor son aquellas de la época en que uno era un mocoso, en mi caso en particular, finales de 70's e inicios de los 80's. Esto lo digo porque al no ser muchas, adquieren un gran valor sentimental. Lamentablemente en mi caso, el número de fotos de cuando era chamaco, son muy pocas, debido a las carencias económicas de mis padres de la época.
Debe ser pura nostalgia, porque son de una época en que uno ni siquiera pensaba en el estrés, ni en deudas, y todos aquellos asuntos de la gente grande. Pero en fin, son tiempos pasados, que se pueden recordar con gran nostalgia pero con una sonrisa de oreja a oreja.
Recordar es volver a vivir.
Publicado por Alvaro en 10:31:00 PM
Blog: Mi rincón
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