Gaby Herbstein
Dueña de un estilo fotográfico inconfundible, se transformó en
unamarca registrada con sus calendarios. El de este año, a beneficio de la Fundación Huésped ,
muestraimágenes impactantes
1 – La fotografía me llegó como una
iluminación. A los 18 años me gustaban muchas cosas.
Hice publicidad, turismo, quería estudiar antropología. Era una desorientada
vocacional. Hasta que me metí en un curso de fotografía y dije es esto. Que te
gusten tantas cosas es un problema: no sabés para dónde correr.
2 – Me gusta fotografiar gente. Con objetos no tengo feeling. Me ponen una botella
adelante para hacer una foto y me pongo nerviosa. Necesito la relación humana,
poder charlar.
3 – No me gusta sacarme fotos. No tengo fotos mías. Tengo una, que me sacaron en el
jardín de infantes, y es la única. Tengo fotos trabajando, pero eso de hacerme
autorretratos con fondo negro, como hacen los fotógrafos, no, nunca. No tengo
demasiado ego. No estoy para mostrarme, me gusta estar detrás de cámara. Si
estoy expuesta es por mi trabajo, pero no me van a ver expuesta por otra cosa
que no sea por eso.
4 – Yo aún no logré tener paz en el
trabajo. Ahora estoy tratando de
disfru-tarlo mucho más, pero te volvés muy perfeccionista. En todo esto un
pequeño error es un gran error. Si una fotografía va a estar seis meses
exhibida, vas a ver ese pequeño error durante seis meses en una gigantografía.
5 – Soy ambiciosa: no tengo límites
para pensar en hacer proyectos. Soy irritable: soy de Tauro y Gallo
en el horóscopo chino.
6 – La rutina me mata. Por eso me
gusta este trabajo. No soy de los fotógrafos que dicen:
"Esta luz me funcionó, y ya está". Todo el tiempo me provoco
incertidumbre. Si me veo muy segura en algo, me aburro.
7 – Sé que hoy estás y que mañana
ya todo el mundo se olvidó de vos. Por eso, cada cosa que logro es
como si fuera una meta cumplida y enseguida paso a otra.
8 – Sé que no hubo en mi vida nada
más salvaje que el colegio de mujeres en el que hice cuarto y quinto
años. Era un colegio del Estado, y yo venía de una burbuja, un colegio privado
alemán. Pero ahí para mí el secundario era simplemente un trámite. Fue entonces
cuando dije: "Si voy a perder el tiempo, por lo menos me voy a
divertir". Fue un shock estar con gente de todos los niveles sociales, con
ideas completamente diferentes, compañeras que quedaban embarazadas a los 16
años. Me despertó. Vi cómo era la vida. Fue un cachetazo genial.
9 – No me preocupan el futuro ni el
paso del tiempo. Cuando no me interese más hacer
fotos, haré otra cosa y seré feliz igual. Pero no pararía de trabajar. No es mi
sueño no hacer nada.
10
– Tengo 33, hace 17 años que estoy en pareja con mi novio, y trabajamos juntos. Creo que el secreto es respetar
los espacios, no ser egoísta, dividir las tareas y no pisarse ni ocupar el
lugar del otro.
Texto: Leila
Guerriero
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