TARJETAS DE MEMORIA
Esas grandes
desconocidas
Todos los que nos
dedicamos a la fotografía, ya sea de forma profesional o como aficionados,
conocemos qué son las tarjetas de memoria y que resultan un accesorio
imprescindible, es más, sin ellas no podríamos hacer fotografías. Sin embargo,
muy pocos conocen la verdadera importancia que tienen.
Las tarjetas de memoria son dispositivos tecnológicos complejos que evolucionan según las necesidades de las cámaras. |
La mayoría de los
usuarios cuando les preguntan con qué tarjeta de memoria trabajan suelen
contestar que no tienen ni idea, la que les regalaron al comprar la cámara o la
más barata que han encontrado. Esto refleja que son las grandes desconocidas
entre los usuarios, pues muy pocos son conscientes de la importancia que
tienen. No estamos hablando de capacidad, que para algunos es sinónimo de
calidad, sino de prestaciones.
Un poco de historia
Este dispositivo de
almacenamiento conserva la información que ha sido almacenada en él aún con la
pérdida de energía, es decir, es una memoria no volátil. El término memoria
flash fue acuñado por Toshiba, por su capacidad para borrarse en un instante.
Los datos se borran en bloques fijos en lugar de bytes. Los tamaños de los
bloques, por lo general, van de 512 bytes hasta 256 KB. Los chips flash son
menos costosos y proporcionan mayores densidades de bits. Además, se está
convirtiendo en una alternativa a otros dispositivos por lo fácil que resultan
las actualizaciones.
La PC Card también
conocidas como PCMCIA se encontraban entre los primeros formatos comerciales de
tarjetas de memoria tipo I que salieron en la década de 1990, pero
paulatinamente han derivado sólo a aplicaciones industriales. También en la
década de los 90 salieron al mercado una serie de formatos de tarjetas de
memoria más pequeñas, como la CompactFlash, SmartMedia, Secure Digital, MiniSD,
MicroSD y similares. El imperativo de los teléfonos móviles, PDAs y compactas
digitales, impulsó los pequeños dispositivos de almacenamiento. En el
mercado de las cámaras digitales triunfaron las SmartMedia y CompactFlash,
si bien en 2001 la SM había capturado el 50% del merado de compactas y CF tenía
un dominio absoluto en las réflex avanzadas y profesionales.
En 2005 el formato
Secure Digital/Multi media Card comenzó a ocupar el puesto de la SmartMedia,
aunque no al mismo nivel y con una fuerta competencia procedente de las Memory
Stick, xD-Picture Cards y Compact Flash. Sin embargo, con la miniaturización de
los teléfonos y de las tabletas, esta tendencia empezó a dirigirse hacia el
formato de las microSD. En fotografía ocurría lo mismo, y empresas como Olympus
y Sony que antes sólo usaban la XD-Card y la memory Stick respectivamente, ha
ido adoptando la Secure Digital.
Tipos de tarjetas
Una vez hecho un
pequeño repaso a la historia de los formatos de las tarjetas de memoria, a
continuación vamos a ver los principales: SecureDigital, Compact Flash, Memory
Stick Pro Duo y microSD.
Secure Digital (SD): Es la más común
actualmente para las compactas y la mayoría de las réflex, así como para las
cámaras de video que funcionan con una memoria flash. También se utiliza en
otros aparatos como en marcos de foto digital, computadoras portátiles, etc.
Existen otros modelos de SD: la High Capacity (SDHC) y la eXtended Capacity
(SDXC).
Compact Flash (CF): Es la primera
tarjeta de memoria flash, (inventada por SanDisk en 1994) para el gran público
y que participó en la transición de la foto analógica a la digital. Se utiliza
sobre todo en réflex de alta gama y en videocámaras semi-profesionales.
Memory Stick Pro Duo
(MSPD):
es la que utilizan los dispositivos de la marca Sony. Aunque siguen existiendo
en el mercado, Sony ha empezado a incluir ranuras SDHC y CF complementarias en
la mayor parte de sus últimos modelos de réflex y videocámaras.
MicroSD/microSDHC/micro
SDXC:
Es el formato móvil por excelencia que se ha vuelto imprescindible para
dispositivos digitales como teléfonos móviles, smartphones y tablets, gracias a
las cuales pueden aumentar su capacidad.
Para sacar el mayor provecho al modo ráfaga conviene trabajar con tarjetas rápidas de 90 MS/s. |
La velocidad
Para sacar el mayor
provecho al modo ráfaga y tomar más fotos en alta resolución de forma más
rápida, es necesario que la tarjeta tenga una velocidad de escritura alta. En
este apartado tenemos dos aspectos a tener en cuenta: la velocidad de escritura
y la de lectura.
De escritura: Es la
velocidad con la que las fotografías se graban en la tarjeta. Cuando más salta,
mayor número de imágenes seguidas pueden tomarse sin interrupción y menor gasto
de energía se precisa por parte de la cámara para procesar las fotos, sin
tiempos de espera entre tomas. Este valor se expresa en la tarjeta en X o MB/s.
Por ejemplo, una tarjeta de memoria en la que se indica 30MB/s, lo que
corresponde a 200 X, significa que es capaz de leer/escribir datos con una
velocidad máxima de 30MB/s. Como regla de cálculo de la velocidad podemos decir
que 15MB/s = 100X.
De lectura: Es la
velocidad a la que los archivos son transferidos del dispositivo de
almacenamiento a la computadora. Cuanto más alta, menos tiempo tardarán en
descargarse las fotos.
La velocidad es una de las prestaciones fundamentales cuando se precisa disparar en modo continuo y numerosas ráfagas, como en la fotografía de deportes, naturaleza o moda. |
La tarjeta y el video
La Class es importante
únicamente par la grabación de películas. Corresponde a la velocidad mínima
constante a la que los datos de video se escriben en la tarjeta. Cuanto mayor
es la Class, más fluida será la grabación de video en alta calidad. Por
ejemplo, una tarjeta Class 2 sólo permite grabar en resolución estándar, para
el video HD es preciso un modelo de Class 6 y para el Full HD se necesitan las
nuevas tarjetas Class UHS-1.
La capacidad
Cuando se toman muchas
fotos y videos de alta calidad, es necesario tener una tarjeta de memoria cuya
capacidad corresponde a esas necesidades. Las cámaras digitales de alta
resolución, esto es, con muchos Megapíxeles, requieren rapidez para gestionar
velozmente la escritura y lectura de los archivos voluminosos, por lo que es
necesario un ancho de banda alto. Por el contrario, la grabación de video es un
flujo constante de datos que sólo utiliza una parte del ancho de banda, ya que
lo que se efectúa es una captura única de larga duración.
Escoger con criterio
Una vez que hemos
visto los tipos que existen, sus características y prestaciones, estamos en
condiciones de seleccionar la que más se ajusta a nuestras necesidades. Cuántas
veces nos han comentado que un fotógrafo se ha gastado unos miles de pesos en
el último modelo de réflex con ópticas fantásticas y, a la hora de capturar
imágenes se queja que la máquina va muy lenta, que si el buffer se ha llenado
de golpe, etc. En estas situaciones, el problema no es la cámara, sino la clase
de tarjeta que emplea, que está por debajo de las prestaciones que precisa su
réflex. Generalmente se tiende a ahorrar en este tipo de accesorio, sin
embargo, eso es un error, ya que es el soporte donde se almacenan las imágenes
y todo nuestro trabajo. Un modelo barato, de marcas secundarias o compradas a
través de proveedores poco fiables, siempre terminan dando algún problema, como
la pérdida de imágenes o el bloqueo de cámaras. Así pues, seamos generosos a la
hora de adquirir una buena tarjeta de memoria, es una in versión de la que
nunca nos arrepentiremos.
Es muy importante que le fabricante garantice el perfecto funcionamiento a temperaturas extremas como la Extreme Pro de SanDisk, capaz de trabajar desde los -25° a los 86° |
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