jueves, 14 de marzo de 2013

Claves de una buena iluminación


EL USO DEL FLASH

CLAVES DE UNA BUENA ILUMINACIÓN

Para la mayoría de aficionados a la fotografía, el uso del flash es la gran asignatura pendiente, aquella que siempre tenemos en mente acometer, pero que constantemente encontramos la manera de evitar. Un par de nociones básicas sobre este accesorio pueden sernos de gran utilidad a la hora de mejorar nuestros resultados fotográficos.



Con la luz dura conseguimos efectos más dramáticos, sin embargo la luz suave propicia fotografías más agradables.

Un flash que nos permita trabajar además de con el TTL con el modo manual, con potencias parciales y función esclava, nos resultará de gran utilidad.

Es normal que nuestro primer impulso sea evitar el uso del flash recurriendo a ISO altos, pero a cambio generan ruido en nuestras fotografías. Esta cierta aversión, que comúnmente experimentamos en el uso de este accesorio, suele venir originada por las malas experiencias al utilizar el flash integrado de nuestra cámara, que nos obliga a disparar con luz frontal y, en muchos casos, en modo automático. Los resultados suelen ser sujetos planos sin volumen, fondos muy oscuros (no necesariamente deseados) y brillos no controlados.
Un flash externo, preferiblemente con potencias parciales que podamos seleccionar manualmente, es un complemento indispensable si queremos iniciarnos en el uso de una fuente de luz artificial controlada. Entender la iluminación es, quizás, la clave de la fotografía, pero no es un proceso sencillo y requiere de mucho estudio, experiencia y observación. Como una primera aproximación debemos hacer una distinción entre los tipos de luz.

Luz dura

Es la que incide directamente en el sujeto, produce sombras muy acusadas y dota a nuestras fotografías de mayor contraste. Es una luz normalmente más factista, que bien utilizada aporta mayor dramatismo a nuestras tomas. Suele utilizarse en retratos documentales masculinos para reforzar las facciones y arrugas de un rostro. En la naturaleza la encontramos en las horas centrales del día, cuando estos son soleados. Logra que los elementos aparezcan bien definidos a costa de hacernos lidiar con las sombras.

Luz suave

Es una iluminación más difusa, indirecta y que se reparte de igual manera por todo el sujeto, de forma que elimina los contrastes y suaviza la imagen. Los motivos fotografiados con esta clase de luz nos proporcionan tomas muy amenas, ya que esa ausencia de sombras los hace más agradables a la vista. Se utiliza mucho en fotografía de estudio, en retrato femenino y moda. En la naturaleza se da en los días nublados cuando las nubes difuminan la luz procedente del sol. Este tipo de iluminación debe ser seleccionada de acuerdo al estilo o sensaciones que se pretenda transmitir. Muchos fotógrafos de exteriores prefieren realizar su actividad en días nublados o en las primeras y últimas horas cuando la luz es más suave. Otros, en cambio, buscan la fuerza expresiva de las sombras y los contrastes, algo muy habitual en quienes trabajan en blanco y negro. El grado de dureza de la luz viene determinado por la dimensión relativa de la fuente de iluminación respecto al sujeto: a mayor tamaño más suave será. De este modo, fotografiando con el mismo flash en una estancia obtendremos luz dura, mientras que si estamos captando un insecto será más tenue, al ser la fuente mayor que el motivo. Es por esto que con un flash compacto nos resultará más difícil conseguir una luz suave, aunque empleando cualquiera de las siguientes técnicas que a continuación explicamos podremos lograrlo.



Iluminando con luz suave logramos que nuestros retratos presenten una piel más lisa disimulando las inevitables imperfecciones y consiguientemente, logrando un resultado más agradable. Cámara Pentax K20D. Objetivo Pentax 16-45 mm. Diafragma f/5.6. Velocidad 1/125 s. Sensibilidad 100 ISO.


Combinar las sombras con una fuente de luz potente, como el sol a través de una ventana en este caso, produce efectos muy dramáticos. El blanco y negro refuerza esta sensación. Cámara Pentax K20D. Objetivo Pentax 16-45 mm. Trípode y disparador. Diafragma f/9.5. Velocidad 8 s. Sensibilidad 100 ISO.


Cuando fotografiamos en exteriores un día nublado puede ser un regalo. Aunque tuvimos que subir el ISO, logramos una escena con pocos contrastes y sin sombras molestas. Cámara Pentax K20D. Objetivo Pentax 55-300 mm. Diafragma f/5.8. Velocidad 1/350 s. Sensibilidad 560 ISO.


Los retratos con luz dura son un recurso muy utilizado en fotografía documental para marcar las facciones y el paso del tiempo, como en el caso de este pastor. Cámara Pentax K20D. Objetivo Pentax 16-45 mm. Diafragma f/4. Velocidad 1/750 s. Sensibilidad 200 ISO.



Rebotar el flash

Para esto necesitaremos un flash electrónico que no sea el integrado en la cámara. Esta técnica podemos empezar a utilizarla con una unidad acoplada a la zapata de la cámara que disponga de un cabezal ajustable en posición. Cuando rebotamos el flash contra un techo de color claro, preferiblemente blanco, utilizamos éste como un gran difusor, por tanto, la fuente de luz que incide sobre el sujeto es la gran superficie del techo y no la pequeña de nuestro flash. Podemos utilizar esta misma técnica con las paredes cercanas, pero en este caso debemos tener en cuenta que la luz será lateral. La altura del techo no puede ser excesiva, como el de una catedral, ya que entonces la luz se perderá por el camino y no llegará a rebotar.


En este caso rebotamos la luz del flash contra el techo y de esta manera evitamos los brillos y las sombras indeseadas. Cámara Pentax K20D. Objetivo Sigma EX macro 50 mm. Flash. Diafragma f/6.7. Velocidad 1/125 s. Sensibilidad 400 ISO.


Utilizar un difusor

Existen una gran variedad de difusores ideados para nuestros flashes, de manera que incrementan un poco el tamaño de la fuente de luz. Aún así los resultados de estos pequeños difusores suelen ser insuficientes y terminan por decepcionarnos, ya que el tamaño de la fuente sigue siendo relativamente pequeño. Si disponemos de disparadores del flash remoto, los paraguas y las ventanas son mucha mejor opción, puesto que la superficie aumenta notablemente.

Alejar la fuente de luz del sujeto

La luz de un flash se expande de forma cónica, de manera que cuanto más alejado esté el sujeto de la fuente de luz, mayor será la anchura del cono y, por tanto, la iluminación se distribuya uniformemente por toda la superficie del sujeto. En este caso tenemos que equilibrar la distancia del flash con su intensidad, ya que si no es suficientemente intensa, la alejamos demasiado del motivo, puede que no llegue con la intensidad deseada. Existen muchos modelos de flashes compactos en el mercado y una gran diversidad de precios. Los modelos con automatismos TTL incrementan el precio. Sí, por el contrario, sólo pretendemos utilizar en modo manual, regulando las potencias parciales, encontraremos opciones mucho más económicas. Si optamos por uno con todos los automatismos es aconsejable que nos permita utilizarlo en modo manual y que disponga de potencias parciales. El modo esclavo es otra opción muy valorada.


Esta escena está iluminada con la función TTL del flash. El resultado es considerablemente bueno. Mantiene el ambiente cálido e íntimo del local, gracias a priorizar una velocidad relativamente lenta. Cámara Pentax K200D. Objetivo Pentax 16-45 mm. Flash. Diafragma f/4. Velocidad 1/15 s. Sensibilidad 400 ISO.


Un paraguas es una excelente manera de difuminar la fuente de luz original, de manera que el tamaño de ésta resulta más grande y, por lo tanto, una iluminación más suave. Cámara Pentax K20D. Objetivo Sigma EX 50 mm. Flash con disparador. Diafragma f/8. Velocidad 1/125 s. Sensibilidad 100 ISO.

Tipos de medición

Existen tres tipos de medición de la luz en un flash:

TTL: Mide la exposición correcta a través del objetivo de la cámara y dispara la cantidad de luz que considera para lograr la iluminación correcta de la escena. Es un modo muy útil para fotografiar con prisa o en eventos en los que no hay tiempo para pensar en la iluminación o en aplicar efectos más personales. Por otro lado, la luz de la fotografía la decidirá el flash en vez de nosotros. Podemos influir sobre el resultado de la exposición modificando la compensación EV en la cámara. Es recomendable, aunque no indispensable, que la primera unidad de flash disponga de función TTL.

AUTO: Este modo mide la exposición correcta a través de un sensor situado en el propio flash y de esta forma proporciona la intensidad de luz que considera correcta. Es una función en desuso que obliga a seleccionar el diafragma utilizado en el flash. La ventaja sobre el modo TTL es que puede utilizarse fuera de la zapata de la cámara (disparándolo manualmente) sin la necesidad de ninguna conexión, simplemente señalando el diafragma que vamos a emplear. Podemos engañar al fotómetro del flash indicando un diafragma mayor o menor del que utilizaremos, de modo que sobreexponga o subexponga la escena a nuestra conveniencia.

MANUAL: es el modo más recomendable si tenemos tiempo para dedicarle a la fotografía. Nosotros somos los que decidimos la potencia a la que disparamos el flash, bien mediante el ensayo de prueba y error, modificando las potencias parciales o ayudándonos de un fotómetro. Es especialmente útil cuando queremos iluminar sólo una parte de la escena y en las situaciones en que separamos el flash de la cámara.

Separar el flash de la cámara o, dicho de otro modo, utilizarlo desde fuera de la zapata puede darnos muy buenos resultados. Un flash con función esclavo es muy útil, ya que gracias a una célula incorporada fotosensible, éste se dispara cuando la unidad principal o maestra es accionada. Podemos activarlo desde el propio flash integrado de la cámara, aunque esto nos obliga a tener una luz frontal, por esta razón unos disparadores remotos son una buena inversión.


Utilizar el flash manual permite lograr efectos muy creativos. En esta foto el modelo está vestido de negro y certeramente iluminado lo que produce la sensación de cabeza flotante. Cámara Pentax K200D. Objetivo Sigma EX 50 mm. Diafragma f/8. Velocidad 1/125 s. Sensibilidad 100 ISO.




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