Alejandro
Kuropatwa, un artista de la fotografía. Su vida fue como su obra: intensa,
provocativa, interesante y densa.
Alejandro Kuropatwa (n. Buenos Aires, Argentina; 22 de octubre de 1956 - f. íb; 5 de febrero de 2003) fue un fotógrafo argentino especializado en retrato y en portadas de discos de música.
Comenzó estudiando pintura con Jorge Demirjian y dibujo con Oscar Smoje pero en 1979 se trasladó a Nueva York para estudiar en el Fashion Institute of Technology y en la Parsons School of Design donde se especializó en fotografía.
En 1985 regresó a Argentina y fue el responsable artístico de algunos de los discos de Gustavo Cerati, Fito Páez, Charly García o los Ratones Paranoicos, también realizó retratos a artistas como Luciano Pavarotti, Guillermo Kuitca, María Luisa Bemberg, Batato Barea o Cecilia Roth.
Realizó numerosas exposiciones, tanto personales como colectivas junto a otros grandes fotógrafos contemporáneos, integrando colectivas con Pedro Otero, Osvaldo Salzamendi, Francisco Tenllado, Ataulfo Pérez Aznar, Rubén Sotera, Alicia Sanguinetti y otros. Recibió el premio Konex en los años 1992 y 2002.
Murió de sida, enfermedad que padecía desde 1984, en la clínica de la Sagrada Familia de Buenos Aires el cinco de febrero de 2003.
Intuitivo. Histriónico. Fascinado con
las mujeres, el lujo y la belleza, y a la vez de una sensibilidad urticante y
una capacidad para mostrar el reverso de lo visible. En los ’80 vivió en Nueva
York, fotografió a medio rock argentino y a toda la plana mayor del under
porteño y se enteró de que había contraído el virus del sida. En los ’90, su
carrera dio un vuelco sorprendente: retrató con igual lucidez el circo
menemista y su enfermedad, y la muestra Cóctel lo reveló como el fotógrafo
argentino más valiente, tierno y descarnado. Ahora, a dos años de su muerte, el
Malba organiza una muestra con buena parte de sus trabajos.
Su consejo para sacar una buena foto: “En fotografía, lo primero es la mirada. Hay que aprender a mirar con
humor. Eso no significa estar mirando, a ver cuándo aparece algo gracioso. La
foto es un episodio solemne. Cada imagen tiene que ser buscada. Aun cuando la
foto sea un hallazgo del momento, el trabajo sigue siendo de composición. ¿Cómo
sacar una buena foto? Sin intelectualizar. Para fotografiar hay que cautivar.
Ya sea el corazón del producto o el alma del modelo. Mi corazón no se lo doy a
nadie. Mi alma, solo a la fotografía".
Visitá su sitio Web para más información y fotografías: http://www.infographic.com.ar/alex/index-1.htm
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